sábado, 2 de abril de 2011

El librepensamiento va más allá del lenguaje y la representación o la imposibilidad del socialismo

Hola Ryukenichi:

 Aquí @manuelpm :) .  Ante todo muchas gracias por la cordialidad y educación que demuestras en los debates y réplicas. También gracias por invitarme a tu blog "edénico" y a leer la entrada a la que quiero dar respuesta con esta otra.

   Bueno, la primera crítica que puedo hacer a tu texto es que partes de una premisa que creo que es falsa, la de que los partidarios de los mercados libres son malas personas o son personas que desean el mal a los otros o el bien propio a cualquier precio, incluida la desgracia ajena. Los cosificas como pertenecientes a una secta destructiva y esto ya es un prejuicio o preconcepción que bloquea cualquier contrargumentación plausible dentro de un marco de tolerancia mutua y tolerante.

Sin entrar en discusiones farragosas, si te tomas el tiempo y la molestia de leer las argumentaciones de autores de la escuela austríaca de economía, verás que los liberales somos tan buenos o malos como cualquiera que sostenga otra opinión, pero que entedemos lo que es bueno y lo que es malo para el individuo y la sociedad de otro modo.

Sin entrar a valorar ahora quien tiene razón, si eres, como pareces, una persona tolerante y dialogante, has de aceptar que la vida y el pensamiento es plural. Algunos nos consideramos buenas personas, que se conducen de modo ético por la vida y somos partidarios de los mercados libres y estados reducidos. Somos personas con familias, trabajadores que sufren por llegar a fin de mes, como todos. No soy un banquero con chistera y puro, ni el tío Gilito, ni un plutócrata al uso, vinculado estrechamente con el partido socialdemócrata de turno, como pueda ser Botín...

Foucault, Žižek, Bordieu, Wittgenstein y toda la tropa poststructuralista se quedan en la mera superficie del análisis: el lenguaje, la semiótica, la representación. Si lees a Victor Klemperer verás que el comienzo de todo autoritarismo procede del uso distorsionado del lenguaje, de los eufemismos que nos permiten desviar la mirada de la cosa nombrada. Desconfío de todo debate que se escape de la confrontación racional de los hechos empíricos y se quede en el debate de qué nombre le ponemos a las cosas. En definitiva es un acto de pura voluntad apriorística, de voluntarismo nominativo.

Si pasamos del nivel de la representación al de lo representado, de la jerga autorreferencial de estos supuestos filósofos al análisis económico mediante la lógica se llega a la conclusión de que el socialismo es un error intelectual y una imposibilidad científica, por muy buenas que sean las intenciones de los que lo defienden. Por favor, entiende socialismo aquí en su sentido lato, de estatalización de la economía en mayor o menor grado y la coacción desde el poder para dirigirla en un sentido u otro. El profesor Huerta de Soto en la transcripción de la clase que te cuelgo considera que es un error intelectual

"porque es imposible que el órgano director encargado de ejercer la coacción para coordinar la sociedad se haga con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Ése es el problema del socialismo, es su gran paradoja. Necesita información, conocimiento, datos para que su impacto coactivo -la organización de la sociedad- tenga éxito".

Y esto es así por cuatro razones al menos, según explica Soto siguiendo a los economistas austríacos:

1) Es imposible que el órgano director se haga con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos por razones de volumen: una cabeza o unas pocas no pueden saber qué quieren o necesitan los millones de personas que vivimos en este planeta. Un vaso no puede albergar toda una jarra de agua, sencillamente no le cabe.

2) La información empresarial tiene una naturaleza radicalmente distinta, es una información subjetiva, no objetiva; es tácita, es decir, sabemos algo, un Know How, pero no sabemos en que consiste detalladamente, es decir, el Know That. Es como mantener el equilibrio sobre una bicicleta en marcha; es algo que hacemos de modo intuitivo, pero que nos cuesta explicar de modo descriptivo. No es un tipo de información que pueda recogerse y transmitirse. Esta es la razón por la cual toda encuesta es, de por sí, engañosa, falsa. Como mucho, una extrapolación aproximada, una fotografía de un proceso en contínuo cambio. Los procesos de mercado son dinámicos.

3) Los seres humanos estamos dotados de una innata capacidad creativa. Continuamente descubrimos "nuevas" cosas, "nuevos" fines, "nuevos" medios. Difícilmente se va a poder transmitir a un órgano director la información o el conocimiento que todavía no ha sido "creado" por los empresarios (entendido esto en sentido estricto y lato, como el creador que reside dentro de cada uno de nosotros). El órgano director se empeña en construir un "nirvana social" mediante el Boletín Oficial del Estado y la coacción. Pero para eso tiene que saber que pasará mañana. Y lo que pase mañana dependerá de una información empresarial/creativa/inventiva que todavía no se ha creado hoy, no se puede transmitir hoy para que nuestras gobernantes nos coordinen bien mañana. Para cuando los gobiernos quieren ir, los ciudadanos ya están de vuelta. Es imposible que puedan adelantarse al futuro.

4) La propia naturaleza del socialismo/estatismo -que como hemos dicho antes se basa en la coacción, el impacto coactivo sobre el cuerpo social o sociedad civil- bloquea, dificulta o imposibilita, allí donde precisamente impacta y en la medida en que impacte, la creación empresarial de información, que es precisamente la que necesita el gobernante para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Es decir, los gobiernos no sólo no pueden adelantarse al futuro, a la creatividad social, sino que, por regla general, los bloquean, los impiden.
 
    Por esta razón los liberales huimos de toda utopía. El cielo o el paraíso socialista está siempre empedrado de buenas intenciones. Precisamente las de aquellos que creen que pueden coordinar algo que realmente nunca controlan y que al intentarlo, necesariamente  han de emplear la coacción, la violencia, la destrucción -de riqueza, de empleo- en mayor o menor medida.



El debate no acaba aquí, pero estos son algunos de los argumentos intelectuales que me hacen desconfiar de toda voluntad rectora y coactiva, especialmente la de los idealistas utópicos.

"Esa es la demostración en términos científicos de que el socialismo es teóricamente imposible, porque no puede hacerse con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Y este es un análisis puramente objetivo y científico. No hay que pensar que el problema del socialismo reside en que "los que están arriba son malos". Ni la persona con mayor bondad del mundo, con las mejores intenciones y con los mejores conocimientos, podría organizar una sociedad sobre el esquema coactivo socialista; lo convertiría en un infierno, ya que, dada la naturaleza del ser humano resulta imposible conseguir el objetivo o el ideal socialista." Concluye el profesor.



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