sábado, 30 de abril de 2016

La educación infantil de los varones

Hoy Darío (casi dos años) salió con un palo a matar lobos a la calle del condominio. Yo le dije que qué iba a hacer, que iba a dejar una viuda y huérfanos. Lo dejé pensativo, con el veneno de la duda moral corroyéndole por dentro. Las caras ante su primer dilema moral eran un verdadero poema.

Me trajo las fuentes para una nueva exégesis de las mismas (El cuento de El lobo y los tres cerditos). Quería corroborar si el lobo era un ser malvado o no, merecedor de la pena de muerte. Terminó sintiendo pena por el pobre animal escaldado.

Creo que por cosas así condenaron a muerte a Sócrates, el sofista. La broma puede que tenga sus consecuencias indeseadas en el largo plazo. Al menos en el rendimiento escolar. Después de todo, los niños necesitan salir a matar lobos a palos.



Darío, prometo salir armado hasta los dientes a cazar lobos contigo, hijo.



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